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Ancianos sin hijos ¿Quién cuidará de nosotros?
- agosto 15, 2022
- Publicado por: pachayachachiq
- Categoría: Buen Vivir

LA NUEVA TENDENCIA DE LA HUMANIDAD:
ANCIANOS SIN HIJOS
¿QUIÉN CUIDARÁ DE NOSOTROS EN EL FUTURO?
Nuestros abuelos tenían hasta cinco y seis hijos, por ende, ahora que son ancianos tienen muchos hijos que los cuidan en su vejez, aunque no todos se comportan de la misma manera.
Nuestros padres tuvieron entre dos a tres hijos como máximo, y es posible que en mi generación (90s) tengamos únicamente uno o dos, y los Zillennials (2000-2010) probablemente tengan un solo hijo o ninguno.
Se dice que en unas décadas, más del 30% de la población no tendrá ningún hijo. La tasa de natalidad ha descendido, las personas se casan más tarde (de 30 a 40 años) y la adolescencia se ha extendido según investigadores hasta los 24 años. (Ver)
El problema a todo esto es ¿quién cuidará de nosotros cuando seamos ancianos? La respuesta típica era “nuestros hijos” pero siendo que solo tendremos a lo mucho un hijo, esto ya no es una garantía. La tendencia más creciente del siglo XXI es la de ancianos sin hijos.
La otra respuesta típica es “El Gobierno” a través de la jubilación, los seguros de salud, las pensiones alimenticias etc. Pero vemos que Japón está endeudado y en recesión desde hace 30 años por tener la población más envejecida del planeta, los costos de jubilación y pensiones se han disparado y la población joven productiva ha disminuido.
Con respecto a las empresas, el panorama es peor. Nuestros abuelos podían empezar a trabajar y jubilarse en una sola empresa, en cambio nosotros hemos trabajado en 8 a 10 empresas como mínimo y nuestros hijos peor, serán Zillennials freelancers “independientes” que laborarán en StartUps desde sus casas, es decir sin jubilación ni derechos.
La sociedad está avanzando así, los hogares individuales y ancianos sin hijos, esto es un fenómeno global que ocurre tanto en EE.UU. y Europa como en China y Latinoamerica.
SOLEDAD, EL PRINCIPAL PROBLEMA DEL SIGLO XXI
El panorama en Europa es desolador, leía en las estadísticas que más del 40% de la población mayor en Reino Unido viven solos, en los países nórdicos los más “desarrollados” del mundo, el principal problema es la soledad. Se han casos de personas mayores que mueren solos en sus departamentos y solo los descubren meses después de su muerte porque nadie los visitó nunca.
Este tipo de casos son muy comunes en Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, los países más individualistas del mundo pero parece que esa tendencia pronto será común en Latinoamerica gracias a los “Zillennials”, la baja tasa de natalidad y las nuevas tendencias.
Ante este panorama difícil que nos incluye a todos es necesario pensar en algunas soluciones para nuestro futuro: Llegar a ancianos sin hijos, solos y casi sin parientes será algo muy difícil.
EL INDIVIDUALISMO, LA CAUSA DEL PROBLEMA.
Pero creo que el problema radica en dos cosas: El excesivo individualismo occidental de creer que el ser humano es “un individuo” en vez de un “miembro social de un colectivo” que lo puede todo y que solo necesita ser exitoso y tener mucho dinero para tener la vida resuelta.
Pero vemos que esto no es así, a menudo vemos en las noticias casos de ancianos millonarios con Alzheimer y otras enfermedades, sin parientes o que no los recuerdan. Y estos ancianos solitarios son manipulados por personas ajenas que desean apropiarse de su bienes y hasta les hacen escribir testamentos en su favor, como se vio en un caso de Chile (ver)
Es decir, si eres anciano y sin parientes el dinero no te va a servir de mucho. El paso del tiempo disminuye nuestras facultades cognitivas y físicas y por ende necesitamos de la asistencia y cuidado de otros lo que nos pone en una situación de dependencia.
LA REDUCCIÓN DE LA FAMILIA.
Por otro lado, además del individualismo otro problema es la “nuclearización” de la familia. En efecto a principios de siglo el concepto de familia era extensivo, abuelos, hijos y nietos, tíos y primos. De modo que las familias tenían hasta veinte o treinta miembros.
Hoy en día la familia se reduce a padres e hijos y las personas han perdido contacto con tíos y primos. En algunos casos extremos ni los conocen. Esta “nuclearización reduccionista” por ende reduce las redes de solidaridad y asistencia que debería tener una familia.
El excesivo individualismo hace que las personas sean egocentristas y se ocupen sólo de sí mismos, obviando y desentendiéndose de los problemas de los demás. El problema de esta actitud muy propia de Occidente es que nos va a jugar en contra en una futura sociedad envejecida.
La alternativa de tener más hijos (Aumentar la tasa de natalidad) no parece realista en el corto plazo. Existen algunas respuestas ensayadas en España como “Residencias para jubilados” que son comunidades formadas por ancianos con nexos en común, que los diferencia de los horribles asilos, porque básicamente son propietarios de esas residencias que cuentan con enfermeras, cuidadores y personal de asistencia.
Sin embargo, esa es una solución que no se puede aplicar a todos, especialmente a quienes poseen pocos recursos. Existe una opción sin embargo que se aplicó antiguamente cuando la tasa de mortandad era alta: Las comunidades.
LOS ANTIGUOS AYLLUS: FAMILIAS EXTENSIVAS.
Si mencioné que a principios de siglo las familias eran extensivas: Abuelos, hijos y tíos, nietos y primos. Pues más antiguamente las sociedades originarias se organizaban en Ayllus: Eran todos los descendientes de un linaje, clan o tribu.
Es decir, el concepto de “familia” se circunscribía también a todos los descendientes de un pariente muy antiguo, esto extendía las redes de solidaridad y asistencia y defensa mutua de los miembros de esta comunidad.
Es muy conocido que en el modelo de “Comunidad” (Ayllu) de los Incas, se decía según las crónicas del Inga Garcilaso que no existían ni viudas ni huérfanos ni pobres, porque los miembros de la Comunidad se hacían cargo de ellos y porque además el Estado Inca era un proveedor de alimentos, vestimenta, tierras y viviendas para todos los miembros del Ayllu.
Pero algo más importante es que desde muy antiguo los Ayllus tenían un concepto muy fuerte de relaciones sociales y nexos afectivos. No era una “obligación” sino una “relación” afectiva, solidaria y recíproca muy fuerte entre los miembros de la comunidad.
Es este sentido de “afecto y cuidado” el que debemos recuperar para la sociedad moderna. Creo que en el futuro, al estar nosotros envejecidos y casi sin hijos, entonces la “Comunidad” será una solución muy deseable. Pero esto significa cambiar nuestros hábitos, pues la futura sociedad ya no sería de zonas altamente urbanizadas donde ni conocemos a nuestros vecinos.
Sino cambiar a vivir en “Comunidades” (Ayllus modernos) aún en las mismas ciudades, estas nuevas comunidades estarán integradas por personas con nexos en común, ya sean familiares o sociales incluso culturales y/o religiosos
Esto significa además cambiar el excesivo individualismo por una actitud más bien solidaria y compasiva. Implica aprender a cuidar a miembros ancianos de nuestra comunidad que no necesariamente serán nuestros familiares de sangre, pero si neofamiliares bajo este nuevo concepto de comunidad.
Y deberemos hacerlo precisamente para asegurar que también al ser nosotros ancianos, puedan los miembros de la comunidad cuidar de nosotros en nuestra vejez, a falta de hijos. Esto sin embargo implica cambiar nuestra mentalidad de lo que significa una “familia”.
CAMBIAR EL CONCEPTO DE FAMILIA
Doy un ejemplo: A principios de siglo, la sociedad no aceptaba la idea de “padrastros” pues se decía que “Padre” era el que engendraba y a los hijos fuera del matrimonio se los llamaba “bastardos” Pero esa mentalidad cambió con las nuevas necesidades de la sociedad.
Y así pasamos a la idea de que “Padre es quien cría no únicamente quien engendra” y que los hijos fuera del matrimonio no eran “bastardos” ni “ilegítimos” sino que el padre tenía derechos legales sobre ellos y a asistirlos y cuidarlos.
De igual forma en el futuro tendremos que volver a cambiar de mentalidad y pensar que la “Familia no es únicamente por quienes comparten nuestros lazos de sangre, sino también incluiría a nuestros amigos cercanos y vecinos”.
AMIGOS Y VECINOS COMO INTEGRANTES DE LA FAMILIA.
Esto significa que, en el futuro, tendremos que ver a nuestros amigos y vecinos como auténticos familiares y tendremos que cuidar de ellos, porque lo más probable es que tendrán muy pocos hijos o ninguno.
Porque, aunque el Estado podrá garantizarnos la jubilación, la salud o las pensiones, sin embargo el Estado como ente racional y administrativo, no proporcionará lazos de amor, afecto y cuidado, sino que tendremos que construirlos nosotros mismos.
Creo que el momento para cambiar de mentalidad y adaptarnos a los drásticos cambios que ocurrirán en el mundo es ahora: Y la antigua cosmovisión andina del igualitarismo de los “Ayllus” de la comunidad, reciprocidad, cuidado y afecto son más necesarios que nunca.